Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
sábado, 15 de noviembre de 2014
LA META
Filipenses 3:14
"Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús"
No sé si te pasa, pero cuando hemos alcanzado una meta, la pregunta que salta a la mente es: «¿Qué sigue?». Es una forma que nuestro inconsciente tiene para dar por terminado un asunto y declararse listo para seguir hacia otros asuntos. No podemos ver por el retrovisor las metas alcanzadas sino mantener la mirada al frente, avanzando hacia lo que toque.
En un sentido, el apóstol Pablo tenía una perspectiva similar de la vida. Él sabía que espiritualmente todavía no había «llegado» y que le quedaba un largo camino por recorrer para llegar a ser como Cristo. ¿Qué podía hacer? Podía obsesionarse con el pasado, con sus fracasos, decepciones, luchas y disputas, o podía aprender de aquellas cosas y proseguir hacia «lo que sigue».
En Filipenses 3, Pablo nos dice cómo eligió vivir su vida: «Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (vv. 13-14). Es una perspectiva que habla acerca de proseguir, de adoptar lo que sigue. También es donde debemos centrarnos al buscar ser formados en la imagen del Salvador mientras esperamos la eternidad con Él.
No olvides NUNCA mantener tus ojos fijos en la meta.
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