Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 28 de diciembre de 2014
INVIERTE TIEMPO EN TU FAMILIA
Salmo 127:3
"He aquí, herencia del SEÑOR son los hijos"
¿Por qué será que invertimos tantas energías en nuestro trabajo y tan pocas en las vidas de nuestros hijos? Si un día de estos partiéramos de esta tierra, la compañía para la que trabajamos nos reemplazaría en cuestión de días. Pero... ¿Y nuestra familia?
Ojo, que no estoy diciendo que no nos esforcemos en el trabajo, bendición que Dios utiliza para proveernos, sino que, ¿Por qué algunas veces nos agotamos levantándonos temprano y yéndonos tarde a descansar, «comiendo pan de dolores» (Salmo 127:1-2), atareándonos en dejar nuestra marca en este mundo pero pasamos por alto la inversión que es más importante que todo lo demás, nuestros hijos?
Salomón declaró: «Herencia del Señor son los hijos», un legado invalorable que Él nos ha entregado. «Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud» (v. 4). Nada es más digno de nuestra energía y tiempo.
El salmista proclamó que no hay necesidad de «pan de dolores», trabajando noche y día, por cuanto el Señor cuida de nosotros (Salmo 127:2). Podemos darnos el tiempo para nuestros hijos y confiar en que el Señor proveerá para todas nuestras necesidades físicas. Ya sea que se trate de nuestros propios hijos o de los hijos de otros a quienes discipulamos, ellos son nuestro legado perdurable, una inversión que jamás lamentaremos.
¡Pasemos más tiempo con nuestros hijos!
El tiempo pasado con tus hijos es tiempo invertido sabiamente.
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