Isaías 2:12-17
"Un día vendrá el SeñorTodopoderoso
contra todos los orgullosos y arrogantes,
contra todos los altaneros, para humillarlos;
contra todos los cedros del Líbano, arrogantes y erguidos,
contra todas las encinas de Basán,
contra todas las montañas altivas,
contra todas las colinas erguidas,
contra todas las torres altas,
contra todo muro fortificado,
contra todas las naves de Tarsis,
contra todos los barcos lujosos.
La altivez del hombre será abatida,
y la arrogancia humana será humillada.
En aquel día sólo el Señor será exaltado,"
El versículo anterior es muy claro. Muchos gobernantes creen que su fortaleza está en sus armas militares. Y así muchos de nosotros pensamos que nuestra fortaleza, seguridad y confianza están en las cuentas bancarias, las inversiones en tal empresa, el puesto de trabajo y tantas cosas más.
La verdad es que nada se puede comparar o rivalizar con el lugar que Dios debe tener en nuestros corazones y mentes.
El poner nuestra esperanza en otros lugares no es más que un orgullo que nos ciega. Coloquemos nuestra confianza sólo en Dios. Las inversiones, los trabajos, los armamentos pueden desaparecer de la noche a la mañana. Dios nunca dejará de existir.
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