Proverbios 29:25
"Temer a los hombres resulta una trampa,
pero el que confía en el Señor sale bien librado."
El miedo que a veces se apodera de nosotros puede obstaculizar todo lo que intentamos hacer. En las formas más graves, se han visto casos de personas que temen salir de casa, temen relacionarse con los demás, temen al cambio, temen incluso acercarse a Dios.
Por el contrario, el temor de Dios, ese respeto, reverencia y confianza, es liberador. ¿Por qué temer a las personas que no puden hacer ningún daño eterno? En cambio, tener ese respeto a Dios puede convertir el daño pretendido por otros en bien de los que confían en Él.
El que confía en el Señor sale bien librado. Esta verdad es eterna, liberadora y restauradora.
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