Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 16 de septiembre de 2018
LIBERACIÓN
Hechos 12:6-7
"Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel.
Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos."
¿Alguna vez nos encontramos en circunstancias difíciles o incluso imposibles?
Podemos ser encarcelados al pecado o a la esclavitud de muchas formas y sentirnos impotentes. Pedro había entregado completamente su vida al Señor Jesús, sin embargo, todavía estaba en prisión. Predicó y vivió el Evangelio libremente, pero estaba dispuesto a morir por su fe. En la oscuridad de su prisión, en el último momento, una luz brillaba en la oscuridad. Dios había venido a liberarlo. No hay ningún juicio o circunstancia o situación confinada en nuestras vidas de la que Dios no tenga conocimiento o de la cual no podamos librarnos.
¿Entregaremos nuestra voluntad, nuestro pecado y nuestras situaciones imposibles a Él, y confiaremos en su liberación?
Pedro dormía porque tenía paz. Nosotros también podemos descansar en el cuidado de Dios por nosotros, sin importar dónde estemos.
Señor Jesús, eres mi libertador y defensor, mi esperanza está en ti. Ayúdame a no perder la esperanza, a confiar en ti y a esperar por tu liberación. En tu nombre, amén.
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