Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 20 de octubre de 2019
LA LIBERTAD DE OBEDECER
Daniel 1:8
"Pero Daniel se propuso no contaminarse con la comida y el vino del rey, así que le pidió al jefe de oficiales que no lo obligara a contaminarse."
Jack pasó un año como oficial en la Fuerza Aérea. Fue designado en una base cerca de Bangkok durante la Guerra de Vietnam. Estaba casado con Diane, y ella ya estaba embarazada de su primer hijo cuando lo enviaron. Tammelyn nació un mes después de que comenzó su turno de servicio.
Jack no vio a Tammelyn ni a Diane en todo un año. Él también enfrentó la tentación de tener absoluta libertad moral mientras estaba en el extranjero. Pero decidió permanecer fiel a su esposa. Renunció a su libertad, en otras palabras, por algo más valioso para él...
Las personas que estaban en el aeropuerto cuando Jack regresó después de su año fuera fueron testigos de su gloriosa reunión, como si estuviera viviendo un milagro. Ese momento permanecerá para siempre impreso en su memoria. Jack bajó del avión, abrazó a su esposa y cargó a su pequeña hija por primera vez. Estaban delirando de alegría. Diane y Jack continuaron construyendo una buena vida juntos...
Todavía pienso en el año de Jack en el sudeste asiático. Reflexiono sobre cómo debe haber sido para él decir "no" a la tentación, renunciar a la extraordinaria libertad que tenía allí y permanecer fiel a su esposa e hija... Él tenía un tipo de libertad, la libertad de vivir una vida sin restricciones, de "ir a donde quieras ir, hacer lo que quieras hacer, vivir como quieras vivir", como se lee en varios anuncios de bebidas alcohólicas.
Pero renunció a esa libertad. Él eligió otro tipo de libertad, la libertad de obediencia. He observado con respeto y aprecio lo que esa libertad ha producido en sus vidas, en su familia y en su comunidad. Ese es el tipo de libertad que deseo para mi vida y mi familia. Es la libertad de vivir una vida para Dios, de seguir la voluntad de Dios.
El único camino que debemos seguir puede limitar la libertad como la cultura lo define, pero nos da libertad como la Biblia lo define. Cuando buscamos primero el reino y la justicia de Dios, haremos la voluntad de Dios y experimentaremos la verdadera libertad.
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