Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 7 de octubre de 2019
LIBRE ALBEDRÍO
Génesis 6:5-6
"Al ver el Señor que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal,
se arrepintió de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón."
¿Por qué lamentaría Dios su decisión de crear seres humanos?
Dios creó un mundo en el que las personas eran libres de amarlo o no amarlo. Al crear seres humanos a su imagen y semejanza, Dios les dio una calidad única de relación entre ellos y con Él. Dios les confió la libertad, que incluía la posibilidad de que pudieran alejarse de Él; desafortunadamente, eso fue lo que hicieron.
Aunque Dios podía prever lo que la gente haría, los creó con la capacidad de hacer lo que quisieran. Dios no condena a nadie injustamente. Él no hace que nadie peque. Él es el juez de toda la tierra, y hará lo correcto por todos. Él no obliga a los humanos a amarlo, porque eso no sería amor. Sin embargo, nada puede frustrar su gloria y gracia.
Dios demostró que abunda en amor y fidelidad (Ex 34:6) al no dejar a la raza humana en su pecado. Su dolor por el pecado de la gente lo llevó a proporcionar un camino de redención: Jesucristo.
A través de la muerte y resurrección de Jesús, el camino hacia la vida eterna se ha abierto a todos los que confían en Él para la salvación (Jn 14,6).
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