jueves, 31 de octubre de 2019

DIOS BUENO





Salmos 121:1-2
"A las montañas levanto mis ojos;
    ¿de dónde ha de venir mi ayuda?
Mi ayuda proviene del Señor,
    creador del cielo y de la tierra."

   
El Dios de la Biblia es el único Dios verdadero: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Él es el único Dios eterno todopoderoso y omnisciente. ¿Pero es bueno? ¿Está involucrado en su creación? ¿Él nos ama? ¿Tiene un plan para nosotros? ¿Está intercediendo e interviniendo para mover los eventos de nuestra vida y el mundo hacia su propósito? 


Considera lo siguiente y decide por ti mismo.

Un personaje bíblico en cuya vida vemos cuánto Dios está involucrado y se preocupa por su pueblo es David, el poeta, cantante, pastor, guerrero y rey, quien escribió y cantó desde un pozo profundo mientras viajaba por la vida y se encontró con el verdadero Dios. David compuso muchos de los salmos encontrados en nuestra Biblia. David escribió como un pastorcillo mientras miraba los miles de millones de estrellas que Dios creó; escribió mientras era perseguido por el rey Saúl; él escribió mientras era rey de Israel; y escribió cuando estaba llegando al final de su vida en la tierra. 


Las canciones que escribieron David y los demás salmistas expresan sus relaciones personales e íntimas con Dios.

Me has buscado, señor,
y tu me conoces
Sabes cuando me siento y cuando me levanto;
Percibes mis pensamientos desde lejos.
Distingues mi salida y mi recostarse;
Estás familiarizado con todos mis caminos.
Antes de que una palabra esté en mi lengua
usted, Señor, lo sabe por completo.
Me encierras detrás y antes
y pones tu mano sobre mí
Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí.
demasiado elevado para que lo alcance.
(Salmo 139: 1-6)


Cree que Dios está involucrado y se preocupa por tu vida diaria. ¿Qué diferencia hace esto en la forma en que vivimos? ¿Cómo podemos creer esta verdad acerca de Dios como un Dios personal y bueno, no solo en nuestra mente (comprensión) sino también en nuestro corazón, y que esto guíe la forma en que vivimos?

Los caminos de Dios son más altos que nuestros caminos.
Estamos tentados a tomar decisiones frenéticas porque no podemos ver nuestro camino. No podemos ver alrededor de la próxima curva en el camino. Los caminos de Dios son más altos que los nuestros, porque Él está sentado arriba en su trono. Cuando sentimos que no entendemos las instrucciones de Dios en su Palabra, debemos recordar que Él ve las cosas desde arriba y nosotros no. [Ver Isaías 55: 8-9.]

Dios, que controla la naturaleza y la historia, nos conoce y se preocupa por nosotros. A lo largo de los Evangelios, Jesús transmitió el cuidado de Dios por sus hijos. Estas palabras acerca de un Padre amoroso pintan una imagen vívida de un Dios que no busca atraparnos, sino redimirnos. Él no está para destruirnos, sino para restaurarnos.   

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