Sofonías 3:12
"Dejaré un remanente en medio de ti,
un pueblo pobre y humilde.
En el nombre del Señor,
se cobijará"
La ternura y el amor del Señor hacia los que se humillan ante Él, contrasta con su ira contra el pecado y el orgullo. No podemos salvarnos del pecado y el orgullo; sin embargo, Dios es poderoso para salvar.
Nuestra única esperanza es caer de rodillas y humillarnos ante Dios. La rendición de nuestras voluntades y nuestras vidas a Dios es la única respuesta aceptable para nuestro Dios Creador. Se deleita mucho en nosotros e incluso canta sobre nosotros. Despertar cada mañana con una canción en nuestros corazones es un gran regalo, ya que respondemos a lo largo del día a nuestro Dios de amor.
Señor Jesús, gracias por salvarme y presentarme el amor del Padre. Bendito seas por siempre, amén.
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