Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 27 de marzo de 2019
HACIENDO MORADA
Juan 14:23
"Le contestó Jesús:
—El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él."
Amar a Dios es más que una emoción; Es una vida dirigida según los caminos de Dios. Amar a Dios es mucho más que cantar coros pegajosos de adoración o escuchar fielmente la buena predicación de la Biblia. Son las decisiones diarias que hacemos acerca de nuestros pensamientos, nuestras relaciones y nuestro carácter que indican si amamos a Dios.
El Espíritu Santo es nuestro Consejero y guía interior para ayudarnos a obedecer a Jesús y saber lo que Él nos está pidiendo que hagamos. Sin el Espíritu Santo, estamos viviendo en debates religiosos y discusiones teológicas que están desconectadas de la obediencia diaria y del amor a Dios. El deseo de Dios es tener intimidad con nosotros, una relación que se sienta "en casa". Esta única intención de estar "en casa" con aquellos que lo aman y lo obedecen nos muestra el motivo de Dios para alcanzarnos en Jesucristo. Él desea que nos unamos a su familia - ¡un privilegio increíble!
Señor Jesús, gracias por desear la intimidad conmigo. Elijo obedecer las indicaciones de tu Espíritu hoy y quiero amarte con mis elecciones. Así sea.
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