Juan 7:17-18
"El que esté dispuesto a hacer la voluntad de Dios reconocerá si mi enseñanza proviene de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta.
El que habla por cuenta propia busca su vanagloria; en cambio, el que busca glorificar al que lo envió es una persona íntegra y sin doblez."
El peligro en el ministerio vocacional es que hablamos mucho y enseñamos la palabra de Dios.
Cuando enseñamos la palabra de Dios, ¿estamos impresionando a las personas con lo que sabemos o nos estamos comunicando en nombre de Dios para la transformación de la vida?
Los motivos importan. Cuando obedecemos la palabra de Dios y elegimos hacer la voluntad de Dios, la verdad de Dios cobra vida dentro de nosotros y podemos comunicar esos principios que dan vida a otros. Sin la entrega de nuestra voluntad a Dios, el ministerio puede ser un lugar peligroso para las personas que buscan su propio honor.
Señor Jesús, me humillo ante ti y elijo hacer tu voluntad. Protege mi corazón del orgullo y la ambición egoísta, lo que realmente deseo es que puedas ser glorificado a través de mí.
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