martes, 7 de mayo de 2019

CUANDO DIOS TE CAUTIVA



Daniel 9:2-3
"«Corría el primer año del reinado de Darío hijo de Asuero, un medo que llegó a ser rey de los babilonios, cuando yo, Daniel, logré entender ese pasaje de las Escrituras donde el Señor le comunicó al profeta Jeremías que la desolación de Jerusalén duraría setenta años.
Entonces me puse a orar y a dirigir mis súplicas al Señor mi Dios. Además de orar, ayuné y me vestí de luto y me senté sobre cenizas."


La Palabra de Dios cautivó tanto el corazón y la mente de Daniel que detuvo todo lo que estaba haciendo para hacer que Dios se involucrara en la oración, la petición, el ayuno y el arrepentimiento. 


Daniel entendió que la Palabra de Dios estaba respaldada por la autoridad de Dios. Sin embargo, en lugar de ser complaciente con las promesas de Dios, Daniel usó la Palabra de Dios como guía en la oración y la intercesión. Le recordó a Dios sus promesas y principios. Daniel estaba apelando a la máxima autoridad en el universo, y tenemos el mismo privilegio a través de Jesucristo. Esta intercesión sigue siendo la clave para la restauración y el renacimiento en nuestra generación.

Dios mío, yo también me humillo ante ti y oro para que tus promesas de que el evangelio alcance todas las lenguas se cumplan en mi día.

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