Marcos 4:26-27
"Jesús continuó: «El reino de Dios se parece a quien esparce semilla en la tierra.
Sin que este sepa cómo, y ya sea que duerma o esté despierto, día y noche brota y crece la semilla."
No podemos forzar el crecimiento espiritual en las vidas de otros. Tampoco podemos acelerar el trabajo de convicción y ablandamiento del Espíritu Santo. Nuestro llamado es esparcir semillas. El evangelio tiene dentro de sí el poder de cambiar vidas. Incluso después de que el evangelio de Jesucristo haya brotado en la vida de alguien, hay etapas de crecimiento, desarrollo y comprensión que debemos observar y apoyar pacientemente hasta que se forme la plena madurez de la fe.
Es Dios quien hace crecer la fe; sin embargo, estamos invitados a plantar con Él dondequiera que vayamos.
Jesús, tú eres el Señor de la mies. Oro para que tu Palabra y tu evangelio sean plantados entre los que no han sido alcanzados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario