Hechos 16:25
"A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban."
Pablo y Silas caminaron con la autoridad y la paz de Dios. Con autoridad, ordenaron a los espíritus inmundos que abandonaran a las personas, independientemente de las consecuencias. Cuando fueron golpeados y encarcelados, adoraron a Dios por lo que Él era y es.
Su paz, seguridad, amor y autoridad vinieron de Dios. La capacidad de adorar mientras estaban ensangrentados y golpeados en la cárcel indicaba que su alegría provenía de dentro, del Espíritu de Dios, no de sus circunstancias. Con la presencia y autoridad de Cristo en nuestras vidas, nosotros también podemos elevarnos por encima de nuestras circunstancias y disfrutar de la comunión del Señor dondequiera que estemos.
Señor Jesús, tú eres mi Señor, mi líder y mi ejemplo. Tu fidelidad en el sufrimiento inspiró a Pablo y Silas y me inspiró a mí también. Lléname con tu Espíritu hoy para que pueda cantar tus alabanzas.
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