Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 3 de junio de 2019
BAUTÍZAME, SEÑOR CON TU ESPÍRITU
Hechos 2:33
"Exaltado por el poder de Dios, y habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, ha derramado esto que ustedes ahora ven y oyen."
El bautismo del Espíritu Santo se experimentó en la conversión como un signo de arrepentimiento y de volverse a Dios.
Con el perdón de los pecados vino el llenado del Espíritu de Dios y la novedad de la vida en Cristo. Cuando limitamos la conversión a los actos de arrepentimiento y perdón, echamos de menos el poder del Espíritu. Cuando separamos la llenura del Espíritu en un acto separado de consagración o renovación, extrañamos los elementos esenciales del arrepentimiento y el perdón de los pecados para que el recipiente de nuestras vidas pueda ser limpiado.
Jesús, tú eres el Bautista en el Espíritu, el que ofrece nueva vida a través del arrepentimiento y el perdón. Gracias por ello.
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