SIN DIVISIONES

Nehemías 5:1-5
"Los hombres y las mujeres del pueblo protestaron enérgicamente contra sus hermanos judíos,
pues había quienes decían: «Si contamos a nuestros hijos y a nuestras hijas, ya somos muchos. Necesitamos conseguir trigo para subsistir».
Otros se quejaban: «Por conseguir trigo para no morirnos de hambre, hemos hipotecado nuestros campos, viñedos y casas».
Había también quienes se quejaban: «Tuvimos que empeñar nuestros campos y viñedos para conseguir dinero prestado y así pagar el tributo al rey.
Y aunque nosotros y nuestros hermanos somos de la misma sangre, y nuestros hijos y los suyos son iguales, a nosotros nos ha tocado vender a nuestros hijos e hijas como esclavos. De hecho, hay hijas nuestras sirviendo como esclavas, y no podemos rescatarlas, puesto que nuestros campos y viñedos están en poder de otros»."

Las divisiones dentro de la comunidad de fe pueden minar nuestra fuerza y distraernos de lo que Dios nos ha llamado a hacer. De hecho, el conflicto, el chisme, la calumnia y la intimidación a veces pueden ser ataques directos del enemigo para detener la obra de Dios. Nehemías reconoció que necesitaba exponer las prácticas financieras ocultas de los líderes de la comunidad que dividían a la comunidad y destruían a las familias. Nehemías sabía que el arrepentimiento público liberaría a la comunidad de fe para trabajar juntos una vez más. 

También sabía que la intimidación, el engaño y los esquemas del enemigo podrían ser una distracción si los distraía. En cambio, Nehemías le pidió a Dios que fortaleciera sus manos para el trabajo. Le recordó a la comunidad que el temor de Dios los alejaría del pecado. Cuando tememos al Señor más que a los hombres, elegiremos honrarlo en todo lo que hacemos.

Señor Jesús, expone los esquemas del enemigo que usa para  distraer, limitar y destruir tu trabajo. Fortalece mis manos para el trabajo al que me has llamado en tu Reino. Amén.