Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 5 de junio de 2019
CONCEDE ESTO A TU SIERVO
Hechos 4:29-31
"Ahora, Señor, toma en cuenta sus amenazas y concede a tus siervos el proclamar tu palabra sin temor alguno.
Por eso, extiende tu mano para sanar y hacer señales y prodigios mediante el nombre de tu santo siervo Jesús».
Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno."
La audacia en el testimonio no está determinada por nuestra personalidad o educación, sino por el grado en que cedemos a la audacia del Espíritu Santo.
Es el Espíritu Santo quien es el evangelista. Él está confirmando la Palabra de Dios con señales y demostraciones del poder de Dios. La oración rinde nuestras vidas a la obra del Espíritu y nos llena de un nuevo poder cuando clamamos a Dios por la habilitación de su Espíritu. A menos que clamemos a Dios en nuestra necesidad, estaremos limitados por nuestros propios recursos. Una vez que experimentamos los recursos de amor, audacia, sabiduría y fortaleza de Dios, ya no confiamos en nosotros mismos.
Jesús, necesito tu audacia y libertad hoy. Lléname con tu Espíritu mientras te clamo por Él. Así sea.
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