Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 18 de junio de 2019
"TÚ ERES MI HIJO AMADO"
Marcos 1:11-12
"También se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido contigo».
En seguida el Espíritu lo impulsó a ir al desierto."
Jesús recibió la afirmación pública de su identidad y el amor de su Padre por Él. Ese aspecto de Padre nos hizo conocer el amor de nuestro Padre celestial por nosotros. Nosotros también debemos encontrar nuestra identidad sabiendo que somos hijos de Dios, en lugar de los del mundo. Como el Padre amaba a Jesús, lo envió al desierto para que lo tentara Satanás.
El diablo cumplió un propósito en el entrenamiento de Dios de su Hijo para el ministerio público. La conciencia de que la tentación no está destinada a destruirnos, sino a construir nuestros músculos espirituales, puede darnos mayor fe y audacia al enfrentarnos también a nuestras "pruebas en el desierto".
Jesús, tú eres el ejemplo de vivir en el amor del Padre y resistir las mentiras del enemigo. Oro para que tu Espíritu me llene y me guíe hoy.
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