martes, 4 de junio de 2019

UNA VIDA DE ADORACIÓN



Nehemías 11:23
"Una orden real y un reglamento establecían los deberes diarios de los cantores."


La adoración estaba en el centro de la vida en Jerusalén. El rey asumió la responsabilidad personal de su práctica. Los muros físicos de Jerusalén representaban fuerza, pero no eran un reemplazo para la presencia del Señor. Nehemías sabía que el gozo del Señor era su fuerza. La adoración a Dios era la fuerza, el corazón y el centro de esta comunidad. Jerusalén existía para la adoración.

¿Por qué estamos vivos?

Nosotros también existimos para la adoración. Nosotros también vivimos bajo las órdenes del rey. Cuando vivimos como instrumentos de adoración para Su gloria, nosotros también encontramos fuerza. La adoración en los muros de Jerusalén simboliza su verdadera fuente de fortaleza.

Padre, que mi vida de adoración te traiga gloria y alabanza hoy. Eres mi fuerza.

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