2 Samuel 7:8
"»Pues bien, dile a mi siervo David que así dice el Señor Todopoderoso: “Yo te saqué del redil para que, en vez de cuidar ovejas, gobernaras a mi pueblo Israel."
Desde la infancia de David, se le asignó la tarea de velar por un rebaño, desempeñando un papel importante en la fuente de ingresos de su familia. Debía proteger el ganado de depredadores y ladrones por igual. Tomando a David de sus humildes comienzos como un humilde pastor, Dios le dio la responsabilidad de gobernar sobre su nación elegida. Las habilidades que David aprendió durante sus primeros años se tradujeron en su supervisión del pueblo de Dios mientras lo dirigía y protegía durante su tiempo como rey.
Jesús, a su vez, demostraría ser el pastor elegido del pueblo de Dios. Es significativo la frecuencia con la que Jesús usó estas mismas imágenes cuando enseñó sobre su vida y ministerio cuando se llamó a sí mismo el buen pastor y a sus seguidores sus ovejas (Jn 10:11,14). Jesús se vio a sí mismo como uno designado para proteger y guiar al pueblo de Dios y, como un pastor fiel, dar su propia vida por el bien de las ovejas.
Jesús, te alabo por ser el Buen Pastor. Gracias por amarme, guiarme y protegerme, incluso hasta el punto de la muerte. Amén.
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