Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 30 de agosto de 2020
EL CORDERO QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO
Juan 1:29
"Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!"
En la dedicación del nuevo templo, los israelitas ofrecieron cientos de ofrendas por el pecado para expiar sus pecados, incluidas doce cabras para expiar cada una de las doce tribus. La expiación significa que estos sacrificios recibieron el juicio de Dios que el pueblo de Israel merecía por su pecado. Luego, en relación con la dedicación del nuevo templo, los exiliados que regresaron celebraron la Pascua. La Pascua recordó cómo el Señor pasó sobre las casas israelitas en Egipto y no mató a sus primogénitos.
La muerte ya había sucedido en esa casa cuando mataron a un cordero en el lugar del primogénito (Ex 12). Sin embargo, estas actividades - sacrificio y Pascua - fueron meramente provisionales porque no podían lidiar con el problema del pecado de la gente de una vez por todas. Todos estos animales sacrificados señalaron al Cordero de la Pascua final, Jesucristo, que quita el pecado del mundo.
Jesús, te doy gracias porque ya no tenemos que pasar por un ritual anual que nos absuelve temporalmente de nuestros pecados. Gracias por liberarnos del ritual y del pecado de una vez por todas. Amén.
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