Romanos 12:13
"Ayuden a los hermanos necesitados. Practiquen la hospitalidad."
Una tendencia en los círculos evangélicos es el énfasis en ser socialmente consciente, lo que incluye cuidar a los débiles y vulnerables. Esta tendencia, sin embargo, no es nada nuevo.
El Antiguo Testamento deja poco espacio para dudar de la perspectiva de Dios sobre este tema: se preocupa por el sufrimiento humano y llama a su pueblo a hacer lo mismo. Sin duda, los hebreos no podían afirmar que vivían una vida satisfactoria de acuerdo con la Palabra de Dios sin preocuparse por las personas vulnerables a su alrededor. El tema constante evidente en Deuteronomio es este: la justicia no es el resultado de las obras realizadas, sino que las obras son un resultado esperado de la fe de las personas dentro de la comunidad del pacto. Dios esperaba que su pueblo se preocupara por los heridos y desfavorecidos entre ellos porque los corazones renovados y circuncidados les daban amor por esas personas.
El Nuevo Testamento, al igual que el Antiguo Testamento, es directo en la enseñanza de que Dios se preocupa por el sufrimiento humano y llama a su pueblo a hacer lo mismo. La vida y las enseñanzas de Jesús, el ministerio de la iglesia primitiva en Hechos (Hch 4:34-35) y las exhortaciones de Pablo (Ro 12:13) apuntan a este hecho: Dios quiere que su pueblo cuide a los débiles y vulnerable a su alrededor.
Cristo enseñó a sus seguidores a ser compasivos y misericordiosos con aquellos que están cansados y cargados. Hay una conexión clara entre la justicia y las buenas obras en el cuidado de los débiles y vulnerables. Cristo asumió que sus seguidores ayudarían a los necesitados a satisfacer sus necesidades físicas (Mt 6:2-3). En la línea de las enseñanzas y acciones de Jesús, los creyentes deben vestir y alimentar a las personas sin hogar, cuidar a los descuidados y amar a todas las personas. Jesús hizo una conexión obvia que debería impulsar a todos los cristianos a la acción, es decir, aquellos que tienen verdadera justicia en Cristo se preocuparán por el "menor de estos" entre nosotros (Mt 25:34-40).
Jesús, ayúdame a ser consciente y sensible a las necesidades de quienes me rodean, y permíteme satisfacer estas necesidades en tu nombre. Amén.
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