Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 30 de noviembre de 2018
¡CUIDADO!
1 Samuel 24:5-6
"Pero le remordió la conciencia por lo que había hecho, y les dijo a sus hombres:
—¡Que el Señor me libre de hacerle al rey lo que ustedes sugieren! No puedo alzar la mano contra él, porque es el ungido del Señor."
David reconoció la unción de Saúl por Dios y honró al Señor al no vengarse de él. David reconoció que la autoridad de Saúl provenía del Señor porque el mismo David había sido ungido por el Señor.
Una vez que experimentamos el poder del Espíritu Santo y nos sometemos a la autoridad de Dios en nuestra vida, nos hacemos mucho más conscientes y sensibles a la unción y autoridad de Dios en los demás. La rebelión nace en los corazones de aquellos que reconocen la autoridad posicional pero están ciegos a los propósitos de Dios.
Saúl quería que se conservara su apellido, honor y legado porque Dios había retirado su mano de la vida de él. El honor del hombre era todo lo que le quedaba. ¡Necesitamos líderes que conozcan a Dios!
Me humillo delante de ti este día, oh Señor. Que pueda reconocer la autoridad y que decida no atentar contra la voluntad de Dios, en el nombre de Jesús, amén.
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