viernes, 9 de noviembre de 2018

SÓLO DIOS REDIME



Salmos 49:7-9
"Nadie puede salvar a nadie,
    ni pagarle a Dios rescate por la vida.
Tal rescate es muy costoso;
    ningún pago es suficiente.
Nadie vive para siempre
    sin llegar a ver la fosa."

   
Celebramos a las personas exitosas cuando están vivas, pero rara vez hablamos de su destino eterno aparte de la redención.

¿Dar a la caridad redimirá las elecciones pecaminosas en nuestras vidas?

¿Qué hay de vivir “buenas vidas” o ser honorable y vivir de acuerdo con nuestro propio código moral?

El rescate por una vida es costoso; ningún pago es suficiente. Sólo Dios decide cuál debe ser ese pago; sólo Dios puede dar vida y quitarla. Cuando Dios envió a su Hijo como un sacrificio sin pecado por nuestros pecados, pagó el costoso precio de la redención por nosotros. Nuestra respuesta a esas asombrosas noticias debe ser la fe en que es verdad para nosotros y la gratitud por el don de la vida y el perdón de Dios, no solo la redención, sino la eternidad con nuestro Creador, Dios mismo.

Al considerar nuestras inversiones y nuestro retorno de las inversiones, ¿hemos considerado la pregunta más importante de todas: qué nos sucede cuando morimos?

Solo Dios tiene la respuesta a esa pregunta.

Señor Jesús, gracias por redimir mi vida y sacrificar todo por mí. Me entrego a ti y a tu misión de vivir y compartir las buenas nuevas, para tu gloria.   

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