Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 9 de noviembre de 2018
SÓLO DIOS REDIME
Salmos 49:7-9
"Nadie puede salvar a nadie,
ni pagarle a Dios rescate por la vida.
Tal rescate es muy costoso;
ningún pago es suficiente.
Nadie vive para siempre
sin llegar a ver la fosa."
Celebramos a las personas exitosas cuando están vivas, pero rara vez hablamos de su destino eterno aparte de la redención.
¿Dar a la caridad redimirá las elecciones pecaminosas en nuestras vidas?
¿Qué hay de vivir “buenas vidas” o ser honorable y vivir de acuerdo con nuestro propio código moral?
El rescate por una vida es costoso; ningún pago es suficiente. Sólo Dios decide cuál debe ser ese pago; sólo Dios puede dar vida y quitarla. Cuando Dios envió a su Hijo como un sacrificio sin pecado por nuestros pecados, pagó el costoso precio de la redención por nosotros. Nuestra respuesta a esas asombrosas noticias debe ser la fe en que es verdad para nosotros y la gratitud por el don de la vida y el perdón de Dios, no solo la redención, sino la eternidad con nuestro Creador, Dios mismo.
Al considerar nuestras inversiones y nuestro retorno de las inversiones, ¿hemos considerado la pregunta más importante de todas: qué nos sucede cuando morimos?
Solo Dios tiene la respuesta a esa pregunta.
Señor Jesús, gracias por redimir mi vida y sacrificar todo por mí. Me entrego a ti y a tu misión de vivir y compartir las buenas nuevas, para tu gloria.
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