Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 14 de noviembre de 2018
NOEMÍ Y EL TODOPODEROSO
Rut 1:20-21
"—Ya no me llamen Noemí —repuso ella—. Llámenme Mara, porque el Todopoderoso ha colmado mi vida de amargura.
»Me fui con las manos llenas,
pero el Señor me ha hecho volver sin nada.
¿Por qué me llaman Noemí
si me ha afligido el Señor,
si me ha hecho desdichada el Todopoderoso?»"
Noemí conocía el nombre de Dios como El Shaddai, el Todopoderoso. Este fue el nombre que le había revelado a Abraham cuando le prometió un hijo a los noventa y nueve años, después de haberle prometido por primera vez cuando tenía setenta y cinco años.
El Todopoderoso no se ajusta a nuestras líneas de tiempo y formas, nos ajustamos a la suya. Noemí conocía las promesas de El Shaddai a Abraham, Isaac y Jacob, pero ella no lo sabía por sí misma. Le había contado a su nuera moabita sobre El Shaddai, y Ruth se convirtió en la mensajera de Dios a Noemí sobre la realidad del perdón, la protección y la provisión de Dios.
Noemí conocía las palabras de Moisés: "El que mora en el refugio del Altísimo descansará a la sombra del Todopoderoso ..." (Salmo 91:1), sin embargo, ella necesitaba experimentar estas palabras como una realidad en su propia vida. Hay muchos cristianos amargos hoy que conocen los nombres de Dios, pero no la realidad de lo que estos significan en sus vidas. Quizás podamos ser el testimonio de la provisión y protección de Dios que ellos están buscando.
Señor Dios Todopoderoso, tú eres mi refugio y descanso este día; Tu provisión me abruma con gratitud. Bendito seas.
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