1 Samuel 14:24
"Los israelitas desfallecían de hambre, pues Saúl había puesto al ejército bajo este juramento: «¡Maldito el que coma algo antes del anochecer, antes de que pueda vengarme de mis enemigos!» Así que aquel día ninguno de los soldados había probado bocado."
Jonatán desconocía el juramento que Saul había hecho a sus hombres, absteniéndose de comer hasta que derrotaran a sus enemigos. Cuando Jonatán se enteró, no estuvo de acuerdo porque limitaba la salud y la fuerza de las tropas, y estaba fuera de la guía de Dios. Sin embargo, Saúl estaba decidido a vengarse de sus enemigos, forzados por sus restricciones y juramentos. Esta batalla no fue sobre la gloria de Dios, fue sobre Saúl.
Siempre hay víctimas cuando hacemos la batalla sobre nosotros mismos. La miel era la provisión y la fuerza de Dios en la batalla, pero solo Jonatán la probó. El resultado del camino de Saúl fue la imprudente masacre y el consumo de carne con sangre por parte de todos los hombres. Esto fue una clara violación de la instrucción de Dios. Cuando los líderes se enfocan en ellos mismos, ponen a sus equipos en riesgo y roban a Dios su gloria.
Señor Jesús, solo tú eres digno. Mantenerme alejado de afirmaciones precipitadas o decisiones impulsivas. Que tu gloria sea mi enfoque. Amén.
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