1 Tesalonicenses 1:10
"...y esperar del cielo a Jesús, su Hijo a quien resucitó, que nos libra del castigo venidero."
Las personas a las que Pablo escribió como parte de la iglesia en Tesalónica eran nuevos seguidores de Jesús. Tenían muchas preguntas y desafíos en medio de la severa oposición de los judíos. Por tanto, parece natural que Pablo inyecte esperanza en cada capítulo de 1 Tesalonicenses. En gran parte del libro, se describe a Jesús como la esperanza de salvación, tanto para esta vida como cuando regrese a la tierra. Este mensaje fue especialmente vital para esta audiencia ya que el evangelio originalmente les llegó en medio de un gran sufrimiento y aflicción (1 Tesalonicenses 1: 6).
Pablo animó a los tesalonicenses a tener esperanza, o “esperar” a Jesús, quien los rescataría de la ira venidera (v. 10). Esta frase "esperar" implica anhelar, ansiosa y expectante, el regreso del Señor. Esta esperanza es una espera confiada y no una ilusión. Aquellos que creen en Cristo y lo siguen pueden afrontar la vida con confianza a pesar de las circunstancias que los rodean, y con toda seguridad pueden esperar con gozosa expectativa su segunda venida.
Jesús, ayúdame a esperar con confianza, paciencia y alegría tu venida. Ayúdame a confiar más en ti cada día y saber que tu sincronización es perfecta. Amén.
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