sábado, 24 de abril de 2021

LA ORACIÓN COMO INCIENSO


 


Salmos 141:1-2

"A ti clamo, Señor; ven pronto a mí.

    ¡Atiende a mi voz cuando a ti clamo!

Que suba a tu presencia mi plegaria

    como una ofrenda de incienso;

que hacia ti se eleven mis manos

    como un sacrificio vespertino."

En el Salmo 141, el salmista le pidió a Dios que escuchara su voz y aceptara su oración “como incienso”, es decir, una fragancia fragante. Hoy, los creyentes pueden orar con confianza, sabiendo que Dios escucha sus oraciones. Hebreos 7:25 dice que Jesús "siempre vive para interceder por ellos". Jesús sirve como intermediario entre los creyentes y Dios, y toma las solicitudes de los creyentes y las presenta ante Dios. Primera de Juan 2: 1 agrega: "Abogado tenemos para con el Padre: Jesucristo, el Justo".


Si bien el salmista le rogó a Dios que escuchara y aceptara sus oraciones, los creyentes de hoy pueden orar con confianza sabiendo que Jesús llevará sus oraciones a Dios en su nombre. No hay duda sobre si Dios escucha o no las oraciones de quienes lo siguen. Jesús hizo posible que los creyentes presentaran sus peticiones a Dios “en toda situación, con oración y petición” (Fil 4: 6). Las oraciones de los creyentes son como incienso para Dios que las escucha.


Jesús, gracias por llevar mis peticiones al Padre, para que mis oraciones sean para Él como una fragancia fragante. Amén.


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