Proverbios 24:30-34
"Pasé por el campo del perezoso,
por la viña del falto de juicio.
Había espinas por todas partes;
la hierba cubría el terreno,
y el lindero de piedras estaba en ruinas.
Guardé en mi corazón lo observado,
y de lo visto saqué una lección:
Un corto sueño, una breve siesta,
un pequeño descanso, cruzado de brazos…
¡y te asaltará la pobreza como un bandido,
y la escasez, como un hombre armado!"
Proverbios dice claramente que la pereza conducirá a la pobreza, pero la pereza no es solo un defecto de carácter que hace la vida un poco más difícil. La pereza es un pecado según Proverbios. El perezoso tiene su campo cubierto de espinas, lo cual es el resultado de la maldición en la tierra debido al pecado de Adán y Eva (Génesis 3:18). Pablo también relacionó la pereza con el pecado en 1 Timoteo 5: 8: “Cualquiera que no mantenga a sus parientes, y especialmente a su propia casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo”. La falta de ética laboral puede ser evidencia de una fe poco sincera.
La buena noticia es que Proverbios apunta a Jesús, la sabiduría de Dios. Durante su tiempo en la tierra, Jesús fue un gran trabajador. No solo era carpintero, sino que estaba sumamente preocupado por terminar el trabajo que el Padre le había enviado a hacer. “Mi comida, dijo Jesús, es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra” (Jn 4:34). Mientras Jesús oraba a su Padre, dijo: “Te he glorificado en la tierra al terminar la obra que me encomendaste” (Jn 17: 4). Además, Hebreos 1: 3 declara que Jesús está trabajando en este momento para sostener al mundo. Además de ser un ejemplo de un hombre sabio que trabaja duro, Jesús también transforma a los que creen en Él a su imagen, lo que incluye vencer el pecado de la pereza y ser diligente en hacer el bien (Gálatas 6: 9).
Jesús, protégeme de la tentación de la pereza. Reemplaza cualquier inclinación hacia la pereza con tu sabiduría y ética de trabajo. Amén.
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