Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 9 de febrero de 2014
LA GRAN DECISIÓN
Y si mal os parece servir al SEÑOR, escogeos hoy a quién sirváis.
Josué 24.15
La invitación de Dios es clara e innegociable. Él lo da todo y nosotros le damos todo. Simple y absoluto. Es claro en lo que pide y claro en lo que ofrece. La decisión es nuestra.
¿No te parece increíble que Dios nos deje la decisión a nosotros?
Piensa en esto. Hay muchas cosas en la vida que no podemos escoger. No podemos, por ejemplo, escoger el estado del tiempo ni controlar la economía.
No podemos escoger si vamos a nacer con una nariz grande, ojos azules o mucho cabello. Como tampoco podemos escoger cómo la gente nos tratará.
Pero sí podemos escoger dónde vamos a pasar la eternidad. La gran decisión Dios la deja a nosotros. La decisión crítica es nuestra.
Esta es la única decisión que realmente cuenta. ¿Qué decides hoy?
Oración: Amado Dios, ayúdame a decidirme por lo mejor que tú ofreces. Estoy dispuesto a darlo todo con tal de pasar la eternidad contigo. Amado Jesús, rindo mi corazón a tí, tómalo y toma el control de mi vida. Me arrepiento de mis pecados y te pido que me ayudes a ser la persona que quieres que sea y hacer efectivo tu sacrificio en la cruz. Gracias te doy, en el nombre de Jesús, amén.
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