lunes, 10 de febrero de 2014

ÚNICO EN SU CLASE





"Tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre."
Salmo 139.11


Seguramente en muchos de nuestros roperos existe ropa que rara vez usamos (o quizás nunca). Es ropa demasiado pequeña, demasiado grande, demasiado bonita, etc. La verdad es que cualquiera nos podría decir que deberíanos deshacernos de esa ropa... pero el amor no nos lo permite. Yo tenía un suéter así, y no podía simplemente tirarlo o deshacerme de él...

Es producto de la expresión de amor de una madre amorosa. Cada tejido fue escogido con cuidado. Cada hilo seleccionado con afecto. Es valioso no por su función, sino por su creadora.

Eso debe haber sido lo que el salmista tenía en mente cuando escribió «tú me hiciste en el vientre de mi madre».

Piensa en esas palabras. Fuiste tejido como una sola pieza. No eres un accidente, ni fuiste producido en masa. No eres producto de una línea de montaje. Por mucho que tus padres insistan en comparar a sus hijos, por más que los hijos quieran comparar a los padres, o los amigos, o la pareja, o... etc.

Fuiste planeado deliberadamente, específicamente dotado y colocado amorosamente en esta tierra por el Maestro Artesano. En un sistema que mide el valor de un ser humano por las cifras de su salario o la forma de sus piernas … déjame decirte algo:

¡El plan de Jesús es para regocijarse contigo! Dios te creo especial y único. ¿Hay alguna razón para sentirnos de menos?


Oración: Dios Padre, gracias por hacerme único, por tomarte el tiempo para formarme. Sé que soy especial para tí y eso es suficiente para mi. Ayúdame a sentirme especial, hacer sentir especial a los demás y a dedicar mi vida para regocijarme contigo. En el nombre de Jesús, amén.

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