Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 24 de agosto de 2018
RENDIR NUESTRA VOLUNTAD
Génesis 32:24-26
"Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.
Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.
Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices".
Esta pelea de lucha con un ángel marcó un punto de inflexión clave en la vida de Jacob. Había llegado al final de su propia fuerza, esquemas y habilidades, y necesitaba la bendición y el favor de Dios. Dios nos permite alcanzar esos lugares difíciles para que podamos ceder nuestra fuerza (articulación de la cadera) y nuestra voluntad a Dios.
Es fácil darle a Dios nuestro pecado, pero no es tan fácil rendir nuestra voluntad. Un resultado de voluntad dada es un nuevo nombre e identidad que Dios nos da. Ahora le pertenecemos a Él. Si deseamos ser vencedores como Jacob, el viaje para nosotros será muy similar.
Señor Jesús, vuelvo a entregarte mi voluntad hoy y deseo vencer, para tu gloria. Permíteme hacerlo de corazón, amén.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario