Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 25 de diciembre de 2018
AGRADECIDOS
Juan 1:14
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”
Nadie sabe con exactitud el día en que nació Jesús, pero es poco probable que fuera el 25 de diciembre. Puede que Su nacimiento haya sido en otoño (septiembre u octubre), cuando el clima todavía era lo suficientemente cálido como para que los pastores estuvieran afuera con sus rebaños.
Sabemos que Jesús fue crucificado en la Pascua y que el Espíritu Santo descendió en Pentecostés. Así que algunos eruditos han llegado a la conclusión de que puede que el nacimiento de Jesús haya ocurrido en otra fiesta judía, la Fiesta de los Tabernáculos, o Sucot.
Aunque no podemos saberlo con certeza, sí sabemos que esta línea de razonamiento iría acorde con la manera en que Dios obró para enviar a Su Hijo -el Verbo hecho carne que «habitó ("hizo tabernáculo") entre nosotros» (Juan 1:14), en la Fiesta de los Tabernáculos. Sucot era un tiempo en el que los judíos practicantes vivían en moradas temporales y escuchaban la lectura de la Palabra del Señor (Deuteronomio 31:10-13).
Para los judíos, Sucot es «el tiempo de nuestro regocijo». Para todos nosotros, el tiempo de nuestro regocijo es el nacimiento de Cristo, quien trae el gozo de la salvación a todo el mundo. ¡Es tiempo de agradecer a Dios por haber enviado un día a Su Hijo a salvarnos!
Puede que la fecha del nacimiento de Cristo sea materia de debate, pero el hecho de Su vida no admite discusión. Es el Dios hecho hombre que vino a la Tierra para dar Salvación al que crea en Él. ¿Crees tú en Él?
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