martes, 11 de diciembre de 2018

¡ALABEN!



1 Crónicas 16:8-9
"¡Alaben al Señor, proclamen su nombre,
    testifiquen de sus proezas entre los pueblos!
¡Cántenle, cántenle salmos!
    ¡Hablen de sus maravillosas obras!"

   
El ritmo de adoración y testimonio comienza el primer salmo de David para el tabernáculo. Aunque el tabernáculo estaba en el monte Sion, la atención de David estaba en la sala del trono en el cielo. Adoraba al Señor de toda la tierra. Su adoración llevó a dar testimonio de lo que Dios había hecho. Este testimonio se extendió a todas las naciones. 


El mundo era la congregación de David. La adoración y el testimonio de David se extendieron más allá de los límites de Jerusalén y de los adoradores que se reunieron allí. Cuando nuestra adoración vuelve a enfocar nuestra atención en el Señor de toda la tierra, nuestro testimonio y nuestra misión es presentar a nuestro asombroso Rey y Señor a las naciones.

Señor Jesús, tú eres el Rey; gracias por todo lo que has hecho al revelarte a nosotros mismos en Cristo Jesús. Gracias porque las naciones están escuchando de tus maravillosos actos.   

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