Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 5 de diciembre de 2018
LA MÁS PEQUEÑA DE TODAS LAS SEMILLAS
Mateo 13:31-32
"Les contó otra parábola: «El reino de los cielos es como un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo.
Aunque es la más pequeña de todas las semillas, cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en árbol, de modo que vienen las aves y anidan en sus ramas»."
Como la semilla más pequeña, la semilla de mostaza parece poco impresionante e incapaz de producir un árbol grande. Sin embargo, dentro de su código genético, su ADN, está la programación para el crecimiento exponencial. La multiplicación está programada en su ADN. No es el tamaño lo que importa, sino el ADN. Lo que nace del Espíritu tiene un potencial de crecimiento exponencial.
El reino de David comenzó poco a poco con el favor, el liderazgo, la victoria en la batalla y la oportunidad de liderar a seiscientos hombres descontentos. Más tarde, este movimiento creció exponencialmente porque el ADN de adoración de David, la oración, la dependencia de Dios, la obediencia de riesgo, el empoderamiento de los demás, la equidad en las recompensas y la sumisión a la autoridad, todo resultó más convincente y poderoso que el ADN del reino y liderazgo de Saúl. Se reproduce el ADN de una cultura.
¿Estamos llevando el ADN del reino y los valores de Cristo?
No despreciemos el día de los pequeños comienzos, incluso las semillas de mostaza pueden crecer por el poder del Espíritu.
Señor Jesús, que tu ADN del reino y tu voluntad se hagan y se expresen en mi vida para tu gloria. Amén.
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