domingo, 9 de diciembre de 2018

PRESENCIA DE DIOS



2 Samuel 6:1-3
"Una vez más, David reunió los treinta batallones de soldados escogidos de Israel,
y con todo su ejército partió hacia Balá de Judá para trasladar de allí el arca de Dios, sobre la que se invoca su nombre, el nombre del Señor Todopoderoso que reina entre los querubines.
Colocaron el arca de Dios en una carreta nueva y se la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba situada en una colina. Uza y Ajío, hijos de Abinadab, guiaban la carreta nueva..."


El tamaño de nuestras reuniones de adoración, la belleza del santuario y el esfuerzo que ponemos para cantar y hacer melodías, no compensan el pecado ni se acercan a Dios con nuestra propia justicia. Los filisteos transportaron el arca con un carro nuevo y con bueyes nunca antes con yugo. Las instrucciones de Dios a Moisés, sin embargo, fueron claras: el arca debe ser llevada por los levitas usando postes. Ningún animal debe transportar la gloria y la presencia del Dios vivo.

¿De qué manera estamos tratando de llevar la presencia del Señor en vasos inmundos?

Nos hemos convertido en el templo del Dios viviente. Es sólo la sangre de Cristo que nos limpia de todo pecado. Nuestra justicia y nuestro orgullo en la adoración serán rechazados por un Dios santo; debemos acercarnos a Dios Todopoderoso con humildad a través de la fe en el sacrificio que Jesús hizo por nosotros.

Señor Dios, que mi adoración sea en espíritu y en verdad este día, para tu gloria.

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