Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 6 de diciembre de 2019
COMO INCIENSO
Salmos 141:1-2
"A ti clamo, Señor; ven pronto a mí.
¡Atiende a mi voz cuando a ti clamo!
Que suba a tu presencia mi plegaria
como una ofrenda de incienso;
que hacia ti se eleven mis manos
como un sacrificio vespertino."
En el Salmo 141, el salmista le pidió a Dios que escuchara su voz y aceptara su oración "como incienso", es decir, una fragancia de olor dulce. Hoy, los creyentes pueden orar con confianza, sabiendo que Dios escucha sus oraciones. Hebreos 7:25 dice que Jesús "siempre vive para interceder por ellos". Jesús sirve como intermediario entre los creyentes y Dios, y toma las peticiones de los creyentes y las presenta ante Dios.
1 Juan 2: 1 agrega: "Tenemos un abogado con el Padre: Jesucristo, el Justo". Mientras el salmista rogaba a Dios que escuchara y aceptara sus oraciones, los creyentes de hoy pueden orar con confianza sabiendo que Jesús llevará sus oraciones a Dios de su parte. No hay incertidumbre acerca de si Dios escucha o no las oraciones de quienes lo siguen. Jesús hizo posible que los creyentes presentaran sus peticiones a Dios "en cada situación, en cada oración y ruego" (Fil 4: 6). Las oraciones de los creyentes son como incienso para Dios que los escucha.
Jesús, gracias por llevar mis peticiones al Padre, para que mis oraciones sean como una fragancia de olor dulce para Él. Amén.
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