Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 3 de diciembre de 2019
IMAGEN DE DIOS
Colosenses 1:15
"Él es la imagen del Dios invisible,
el primogénito de toda creación"
La Biblia tiene mucho que decir sobre la humanidad. Nos dice que fuimos hechos hombres y mujeres (Génesis 1:27), que "somos obra maravillosa" (Salmo 139:14), somos frágiles (ver Salmo 103:14–16), que somos pecadores (Salmo 143: 2) — y la lista continúa. Quizás lo más profundo que dice sobre la humanidad es que a todos nos han dado el honor insondable de llevar la imagen de Dios (imago dei). Cuando vemos a otro ser humano, vemos a Dios reflejado en ellos. Incluso después de la caída, a pesar del pecado que reside en todas las personas, los humanos continúan llevando la imagen de Dios (ver Génesis 9: 6). Y Cristo, la imagen perfecta de Dios (ver Colosenses 1:15), vino a redimirnos para que podamos reflejar en mayor plenitud la gloria de Dios.
Como portadores de la imagen divina, tenemos un profundo sentido de propósito en este mundo: estamos llamados a reflejar el carácter de Dios y continuar su trabajo. Esto también da forma a cómo vemos y tratamos a los demás. Cada persona, ya sea un extraño, un vecino o un compañero de trabajo, debe recibir la dignidad, el respeto y el amor que se les debe como portadores de la imagen de Dios.
Los humanos no solo reflejan a Dios sino que también lo representan a Él. Los antiguos gobernantes a menudo erigían imágenes de sí mismos en varias partes de sus reinos, para representar su autoridad ante sus subordinados. Fuimos creados a imagen de Dios para poder representarlo aquí en la tierra, al igual que un embajador representa a un país extranjero.
Si bien todos fuimos creados para reflejar a Dios, no todos representamos bien a Dios. De hecho, todos lo hacemos imperfectamente. Esta es una distinción importante que nos ayuda de dos maneras. Primero, nos ayuda a entender cómo debemos ver a todas las personas, como portadores de imágenes divinas, amadas por Dios. Segundo, destaca el desafío que tenemos de representar a Dios en el mundo.
Cuando piensas en tus compañeros de trabajo, ¿los ves como personas creadas a imagen divina, dignas de respeto y dignas que esta realidad trae consigo? ¿O los ves simplemente como un camino hacia tu propio beneficio personal, incluso a veces tratándolos como menos que nosotros? ¿Y cómo la verdad del evangelio y la gracia de Dios te ayudan a representar mejor a Dios con aquellos con quienes interactúas cada día?
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