viernes, 20 de diciembre de 2019

EMPODERAMIENTO




Romanos 15:19
"...mediante poderosas señales y milagros, por el poder del Espíritu de Dios. Así que, habiendo comenzado en Jerusalén, he completado la proclamación del evangelio de Cristo por todas partes, hasta la región de Iliria."


El evangelio trabaja para cambiar este mundo al guiar a las personas a experimentar la gloria de Dios. Por el poder del Espíritu Santo, Dios trabaja constantemente a nuestro alrededor y en nuestros lugares de trabajo para avanzar en su reino. Dios también faculta a su pueblo con dones y habilidades particulares que fortalecen a los creyentes en su llamado. Este empoderamiento no es necesariamente un reflejo de la madurez espiritual o la santidad de una persona, sino un signo de gracia y un indicador de la gloria que vendrá con el regreso de Cristo.

Los creyentes experimentan el empoderamiento de Dios para que puedan ser alentados a seguir adelante en el llamado que Él ha dado. El Espíritu Santo capacita a las personas para perseverar en las dificultades y proporciona todo lo necesario para ser fieles en los  lugares de trabajo. No nos ha dejado solos en el trabajo, sino que hemos sido "vestidos con poder de lo alto" (Lucas 24:49).

El poder de Dios no es algo que podamos ganar o conjurar por nuestra cuenta, sino que está disponible de forma gratuita y diaria para aquellos que están en Cristo. Además, el poder del Espíritu no se otorga principalmente por el bien de la persona de quien emerge. Dios nos da poder para que podamos saborear su gloria y bondad, y para que otros también puedan. Cada vez que confundimos el poder de Dios con nuestra propia habilidad, podemos convertirnos en un obstáculo para la obra de gracia de Dios.

A menudo enfrentamos momentos en nuestro trabajo cuando nos sentimos abrumados e inadecuados. En momentos de ansiedad y estrés, podemos recurrir a nosotros mismos o a los demás para encontrar alguna razón para seguir adelante. Sin embargo, cuando recurrimos exclusivamente a estos lugares, perdemos la gracia que realmente nos puede empoderar. Dios nos ha dado su Espíritu para que podamos soportar las pruebas y desafíos que se nos presentan, tanto grandes como pequeñas. Dios manifiesta su poder de muchas maneras. Podemos sentir fuerza y ​​aliento en nuestros corazones, o podemos sentirnos energizados en nuestros cuerpos y descubrir que tenemos más resistencia para completar nuestro trabajo. Esto no significa que Dios nos dé todo lo que queremos o pedimos. Más bien, significa que es fiel para darnos lo que necesitemos, cuando lo necesitemos.

¿De qué manera te sientes abrumado o inadecuado en tu trabajo? ¿Cómo sería para ti confiar consciente y constantemente en la fuerza de Dios durante tu jornada laboral?


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