Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 10 de diciembre de 2019
HÁBITO: ADORACIÓN
Salmos 40:1-3
"Puse en el Señor toda mi esperanza;
él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor.
Me sacó de la fosa de la muerte,
del lodo y del pantano;
puso mis pies sobre una roca,
y me plantó en terreno firme.
Puso en mis labios un cántico nuevo,
un himno de alabanza a nuestro Dios.
Al ver esto, muchos tuvieron miedo
y pusieron su confianza en el Señor."
Estamos cantando himnos y canciones de alabanza, escuchando la predicación y el compañerismo con otros creyentes. Pero algo falta en este servicio de adoración. Hay una ausencia de emoción genuina, una falta de sentimiento real. El asombro y la gratitud habituales que acompañan a la adoración se reemplazan por el vacío.
¿Qué podemos hacer en momentos como este cuando no tenemos ganas de adorar a Dios?
No intentes fingirlo: hay una advertencia común para "fingirlo hasta que lo consigas", para actuar como si sintieras algo hasta que realmente comiences a sentirlo. Pero Dios no quiere este tipo de adoración falsa (ver Mateo 15:7-8). No podemos ignorar nuestras emociones ni actuar como si sintiéramos algo hacia Dios que no somos.
Aclarar nuestras emociones: a veces el problema no es que no sentimos nada, sino que otras emociones fuertes nos superan. Por ejemplo, si recientemente hemos experimentado pérdida o dolor, es posible que no tengamos ganas de cantar canciones de alabanza. En tales situaciones, la respuesta podría ser encontrar otras formas de comunicarse con Dios, como el ayuno.
Confesar nuestro pecado: si sentimos frío hacia Dios, podría ser un signo de pecado oculto que debe ser confesado. Examina tu corazón y arrepiéntete de cualquier comportamiento que pueda estar causando que te alejes del Señor.
Espera pacientemente a Dios: David probablemente se encontró en tal situación al comienzo del Salmo 40. Pero "esperó pacientemente al Señor" (versículo 1) hasta que Dios "puso una nueva canción en [su] boca, un himno de alabanza a nuestro Dios "(versículo 3). Como explica Steve Fuller, “la palabra hebrea [para esperar] no significa espera pasiva; significa búsqueda ansiosa. Significa tomar los pasos que Dios ha prometido usar para ayudarte, mientras confías en Él con expectación para trabajar.”
Busca a Dios dirigiéndote a Él en oración, leyendo las Escrituras y meditando en su Palabra. Reconoce que, como David, si esperas en Dios, Él a su debido tiempo te sacará del fango y te pondrá una nueva canción en la boca.
Cuando no tenemos ganas de adorar, podemos examinarnos, confesar nuestros pecados y esperar pacientemente en el Señor.
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