martes, 24 de diciembre de 2019

REFLEXIÓN EN UN 24 DE DICIEMBRE






El mundo entero cuando el reloj señale la medianoche de hoy, celebra navidad. América Latina es una región donde existe mucha algarabía por estas fechas. En nuestros países los últimos días hemos visto un aumento en el consumo de todo tipo de comida, bebida, regalos, juguetes, etc. El tránsito vehicular en estos días es impresionante. La cantidad de accidentes debido a las prisas, a las carreras y a las personas que manejan en estado de ebriedad también aumentan drásticamente. Los centros comerciales se llenan de personas que tratan de comprar y comprar regalos para quedar bien con todos. Los tradicionales "convivios" o fiestas de fin de año predominan en este mes. Ante tanta publicidad, preocupación, gastos, accidentes, etc. hoy nos conviene hacer esta pregunta: ¿Estamos realmente conscientes de qué es lo que estamos celebrando?

La Biblia nos enseña en los libros de Mateo y de Lucas la historia del nacimiento de Jesús. Una historia extraordinaria, que en nada se parece al clima que predomina en nuestros días y en nuestros países. Jesús no tuvo "estreno" o una chimenea caliente en donde nacer. No, Él decidió nacer en un lugar donde guardaban a los animales. Ahora bien, no es nuestra intención hoy reavivar el debate de cuándo nacio realmente Jesús. No vale la pena, ya que aunque se sabe que no es posible que haya nacido en el equivalente a nuestro diciembre, por la época en la que los pastores cuidaban a las ovejas durante la noche, realmente hoy queremos analizar si todo lo que hacemos diariamente es congruente con lo que se trata de festejar hoy.

El nacimiento de Jesús es importante. Claro que sí, es el primer paso hacia el cumplimiento de las profecías sobre el Mesías Salvador. Aunque realmente la historia de la humanidad cambia en el Calvario, acá se empezó a cumplir nuestra esperanza, la última oportunidad que teníamos inició con un Jesús hecho hombre e indefenso, pero con la misión de derrotar a las huestes de maldad en la cruz.

Los ambientes en nuestras ciudades en estos últimos años en nada se parecen a una profecía cumplida para la salvación de la humanidad. Cada vez hay más consumismo, egoísmo, decadencia y libertinaje. Hoy el mensaje que queremos dejar y la reflexión en este día que muchos celebran sin invitar realmente al cumpleañero es: ¿Jesús es tu Salvador? ¿Jesús es la parte más importante de tu vida, de tu día a día? ¿Tus actos están encaminados a celebrar su nacimiento, su vida, su muerte y resurrección? ¿Dedicas tiempo diariamente para meditar en su Palabra, su ejemplo y sus mandatos para los que quieren formar parte de su pueblo?

La Biblia dice en el primer capítulo de Juan que el Verbo (Jesús) vino a su mundo, vino a los suyos, pero que los suyos NO LE RECIBIERON. Luego sigue un "pero" que es uno de mis favoritos de todos los tiempos. PERO A LOS QUE LE RECIBIERON, ÉL LES DIO EL PRIVILEGIO DE LLEGAR A SER HIJOS DE DIOS.
(Juan 1:12)

Hoy te invito a que más allá de recibir visitar, recibir regalos, recibir tarjetas, recibir publicaciones en facebook, recibir y recibir y recibir... hoy recibas la visita del Unigénito de Dios. Que los afanes de este mundo no te alejen de vivir una vida victoriosa en Cristo Jesús. La Biblia dice en Romanos 10:9-10 que si cada uno de nosotros confiesa con su boca que Jesús es el Señor y cree con su corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, alcanzará la salvación. Ya hemos hablado mucho en este año en cada una de las publicaciones que no es por nuestros méritos, ni por nuestros esfuerzos, sino por GRACIA y por FE. ¿Quieres celebrar hoy navidad? No hay nada mejor que hacerlo como la primera que existió, en aquel pesebre lleno de animales, y lleno de amor de Dios por cada uno de nosotros. Jesús ha sido la persona más rechazada de todos los tiempos. Rechazado por la sociedad que juzgó a María por quedar encinta antes de casarse, rechazado por los dueños de las posadas que no tenían espacio para Él, rechazado por su pueblo al pedir su crucifixión, rechazado por cada uno de nosotros cuando vivíamos lejos de Él, o cuando pensábamos que celebrábamos su nacimiento y nunca lo invitamos realmente a participar. Pero aún así, Él nos ama y como dice Romanos 5:8, que aún nosotros siendo pecadores, es decir, enemigos declarados de Él, Cristo murió por nosotros. ¿Te animas a celebrar una verdadera navidad hoy?

Oración: Señor, hoy te pido perdón por olvidarme de tí hasta en los momentos en que aparentemente se te celebra pero en realidad buscamos otros deleites. Te pido perdón por vivir una vida lejos de tu perfecta voluntad. Sé que no me condenas si me acerco con un corazón genuinamente arrepentido y por eso hoy te pido que nazcas en mi vida, en mis pensamientos, en mis prioridades, en mis sentimientos y en mi diario caminar. Ya no quiero vivir más una vida de apariencias y de rituales pero con mi corazón alejado de tí. Hoy me arrepiento de mis pecados y te reconozco como el Único que puede transformar mi vida y llevarla por el camino correcto. Hoy como dice Juan 1:12 te recibo en mi vida y sé que al hacerlo, soy llamado por tí como un Hijo de Dios. En el nombre de Jesús hoy he orado y te doy gracias por tu amor y misericordia.

Si hoy hiciste del Señor Jesús tu Único Señor y Rey, entonces queremos decirte: ¡Feliz Navidad!

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