Mateo 6:33
"Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas."
Enfrentar todos los problemas de nuestra era moderna es como poner gatitos en una canasta: justo cuando se mete uno, se saldrá otro. Parece que cuando solucionamos un problema, nos enfrentamos a otro. A veces nos preguntamos si todo vale la pena y nos sentimos tentados a desesperarnos. La Palabra de Dios nos habla claramente en estos momentos.
Jesús probó la humanidad y experimentó los problemas cotidianos que nos abruman. En el Sermón del Monte, los discutió y nos dio claves para resolverlos. Primero, dijo que no nos preocupemos porque el Padre celestial conoce nuestras necesidades corporales. Luego, señaló que no debemos preocuparnos continuamente porque esto no ayuda. Nos recordó que Dios viste las flores del campo y cuida las aves del cielo. Concluyó: Ahora bien, si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es, y mañana se echa en el horno, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? (Mateo 6:30).
Pasamos gran parte de nuestro tiempo preocupándonos y dándole vueltas a las cosas de las que el Maestro es plenamente consciente y ya ha prometido manejar. Si buscamos Su Reino primero, Él proveerá. Lo hace de muchas maneras, y una es para darnos mentes claras y seguras para que podamos descubrir nuevas formas de satisfacer nuestras propias necesidades. La mente libre de dudas y temores persistentes es creativa.
Pablo adquirió esta confianza para que, aun cuando las cosas salieran mal, pudiera decir: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados (Romanos 8: 28).
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