Filipenses 3:10
"Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte."
Alguien le preguntó una vez a Rembrandt cómo sabía cuándo estaba terminada una pintura. El gran maestro respondió: "Un cuadro está terminado cuando expresa la intención del artista". Los cristianos son muy parecidos; dejamos de crecer sólo cuando expresamos plenamente las intenciones del Maestro. Nadie puede decir que su vida sea perfecta en todos los aspectos. Por lo tanto, a todos nos queda mucho por crecer. El apóstol Pablo admitió: No es que ya lo haya alcanzado, o que ya sea perfecto; pero prosigo, para poder alcanzar aquello para lo cual también Cristo Jesús me ha alcanzado (Filipenses 3:12).
Trágicamente, algunos se han rendido, diciendo que sus vidas nunca expresarán el significado del Maestro. Como la estatua inacabada de Mateo de Miguel Ángel, sienten que la piedra de sus vidas no cederá ante el cincel del escultor. Qué tristes son estos. Si bien la arcilla es imperfecta, las manos del alfarero son hábiles. Él puede tomar y tomará el material de nuestras vidas y completarnos como Él desee.
Que nos demos cuenta de que el Maestro está utilizando esas cosas que entran en nuestras vidas para moldearnos. Él nos está acabando de acuerdo con Su plan; y un día, si somos fieles, nuestras vidas expresarán todo lo que Él quiere que expresen.
Pablo nos anima a olvidar los fracasos del pasado y a avanzar hacia las cosas que están por venir (Filipenses 3:13). La obra de Cristo en nosotros procede todos los días.
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