1 Timoteo 2:8
"Quiero, pues, que en todas partes los hombres oren, levantando las manos al cielo con pureza de corazón, sin enojos ni contiendas."
La oración a menudo se ha comparado con una vieja bomba de agua. Cuando se usa una bomba con frecuencia, el agua sale al primer golpe porque el nivel del agua es alto. Pero, si la bomba no se ha utilizado durante un tiempo, el nivel del agua baja y hay que bombear durante mucho tiempo antes de que el agua gotee. Así ocurre con nuestras oraciones. Si la descuidamos, es difícil recuperar el sentido de la presencia de Dios. Sin embargo, si mantenemos el hábito de las devociones diarias, la corriente creciente de conciencia de Dios permanece alta en nuestras vidas.
Pablo sintió que la oración era la principal preocupación del creyente. Pablo sabía que desde la plataforma de la oración vienen las acciones piadosas de testificar y vivir correctamente. Sabía que las cosas y las personas cambian por el poder de la oración. Por eso dijo: Exhorto ante todo a que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres.
En las cincuenta oraciones principales de la Biblia, descubriremos cuáles respondió Dios y por qué. Quizás al revisarlas, también descubriremos formas de mejorar nuestra propia oración y desarrollar el hábito de la oración perpetua. No siempre es fácil orar, pero siempre es necesario. En el período de oración de hoy, como los discípulos, podemos decir: "Señor, enséñanos a orar".
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