Juan 20:31
"Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida."
A los estadounidenses les intrigan los símbolos. La ciudad de Phoenix, por ejemplo, recibe su nombre del antiguo símbolo de la resurrección: el mítico pájaro Phoenix. Los padres de la ciudad sintieron que esta leyenda expresaba el surgimiento de la ciudad desde el desierto ardiente. La rama de olivo siempre ha simbolizado la paz; una palma, victoria; ancla, fe y esperanza; un pavo real, inmortalidad. En la iglesia primitiva, el pez simbolizaba la fe cristiana porque las cinco letras de la palabra griega pez formaban un acróstico que significa "Jesucristo, Hijo de Dios, Salvador".
En el Nuevo Testamento, cuatro cosas simbolizan verdades eternas: el pesebre, la cruz, la tumba vacía y la trompeta. Queman las verdades profundamente en nuestras mentes. El pesebre simboliza el amor eterno de Dios por el hombre al dar a su Hijo unigénito; la cruz, la liberación del hombre del pecado a través de la sangre de Cristo derramada en Su muerte sacrificial; la tumba vacía, la existencia eterna de Dios; y la trompeta, el regreso de Jesús para los que esperan su venida. Nuestros corazones se conmueven cuando pensamos en estos símbolos de nuestro Salvador.
El pesebre está presente en todos los belenes contemporáneos y las cruces se usan como collares, pulseras y llaveros. Desafortunadamente, la tumba vacía y la trompeta no son tan prominentes. Sin embargo, estos símbolos son más significativos para los creyentes. Algún día, Jesús regresará para que podamos vivir con Él para siempre. Todo el mundo está esperando esa redención.
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