miércoles, 11 de junio de 2014

ALIMENTO SÓLIDO


Recuerdo la alimentación de los bebés a mi alrededor y todo el tiempo en que se les da plátanos, duraznos, comida suave y todo es genial. Pero cuando se intenta darles una cucharada de guisantes (o cualquier otro tipo de verdura), seguro viene el típico "Phftt!", así que el siguiente paso es utilizar todo tipo de artimañas para lograr que abran la boca, mastiquen, traguen. Toma tiempo, pero tarde o temprano, ellos estarán comiendo guisantes.

Es lo mismo con los niños cristianos. Cuando empezamos a estudiar la Palabra de Dios, empezamos crecer espiritualmente. Nos detenemos de seguir caminando en la carne y empezamos a hacer lo que Él quiere que hagamos.

Proverbios 4:18 nos dice que el camino de la justicia brilla más y más claro cada día a medida que continuamos en la Palabra de Dios. La palabra clave aquí es continuar. Tenemos que amar la Palabra, el estudio de la Palabra, y la escucha de la Palabra, así seguramente nos podrá transformar.

¿Alguna vez has pasado una luz amarilla de semáforo? Tal vez estás con prisas y piensas: "puedo hacerlo". Si lo haces una y otra vez, esto tarde o temprano va a terminar en un desastre. Bueno, es lo mismo con la Palabra de Dios.

Si seguimos adelante en hacer lo que sabemos que no deberíamos estar haciendo y simplemente tratando de colarnos por allí, podemos llegar a hacernos daño. La Palabra de Dios está aquí para protegernos.

Hebreos 5:14 dice: "El alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, que a través de la formación tienen la habilidad de reconocer la diferencia entre el bien y el mal".

El "alimento sólido" de la Palabra te convencerá, y eso es algo positivo. Es el Espíritu Santo que le permite saber en tu corazón que tu actitud no huele muy bien, o que estás en el camino equivocado.

Adentrarse en la Palabra es la clave para vivir la vida en la dirección correcta. Así que no sigas siendo un bebé ... ¡Toma el alimento sólido de la Palabra!

Oración: Dios, sé que Tu Palabra es el único camino hacia la madurez. ¡No quiero ser un bebé espiritual! Guíame y ayúdame a crecer tomando el alimento sólido de Tu Palabra.

En el nombre de Jesús, amén.

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