Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 27 de junio de 2014
NO NOS CANSEMOS DE HACER EL BIEN
Gálatas 6:9
"No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos."
¿Qué provecho le estoy sacando a la vida?
Esa es una pregunta que frecuentemente se hacen aquellos que sólo se centran en sí mismos. Pero, como seguidores de Cristo, tenemos que preguntarnos: ¿Cómo estoy contribuyendo a las vidas de los demás?
Años atrás, el Dr. Wilfred Grenfell sirvió como médico misionero en la región de Labrador. En una visita de reclutamiento, desafió a las enfermeras en el Hospital Johns Hopkins para que se le unieran un verano en su difícil ministerio. Les prometió penurias e incomodidades. Les advirtió que, en vez de ganar un salario, tendrían que pagar sus propios gastos. Pero también les prometió que experimentarían gozo porque «estar en el servicio de Cristo es el mejor momento de la vida de cualquiera».
Una enfermera que aceptó ese desafío escribió esto a su regreso de la región de Labrador: «Antes de esto nunca me había imaginado que la vida sirviese para algo más que para sacarle todo el jugo. Ahora sé que la verdadera diversión radica en ver cuánto puede uno contribuir en la vida de los demás».
Si cambiamos la palabra diversión por bendición, tenemos la clave para la realización personal cristiana.
Tomemos el aliento que nos da el apóstol Pablo: «No nos cansemos, pues, de hacer bien; . . . hagamos bien a todos» (Gálatas 6:9-10). Ponte a ti mismo en las vidas de los demás por amor a Jesús. Experimentarás una realización personal más allá de toda comparación.
Estamos en nuestro mejor momento cuando servimos a los demás.
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