domingo, 29 de junio de 2014

EL TIEMPO, BAJO SU CONTROL




Salmos 139:16

“Mi embrión vieron Tus ojos, y en Tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas”

Cierta vez leí sobre una persona que estaba sometiéndose a una extensa serie de tratamientos en un centro contra el cáncer lejos de casa. Luego sus tratamientos se vieron abruptamente interrumpidos por otra enfermedad médica. Pero Dios contestó a la oración y eliminó el problema. Posteriormente, cuando esta persona dio testimonio en su iglesia una vez de vuelta en casa, habló de su gratitud por las oraciones del pueblo de Dios y las verdades de Su Palabra que le habían ministrado tanto a él como a su esposa.

A veces, él se había preguntado si sobreviviría o no. Ese pensamiento le llevó a las Escrituras y leyó cuidadosamente el Salmo 139. Su atención se centró en el versículo 16, el cual dice: «Mi embrión vieron Tus ojos, y en Tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas». Antes de nuestra creación, el Señor «escribió» todas nuestras cosas. «Mi espíritu fue confortado al saber que mi vida está en las manos de Dios», dijo. «Cada botella de leche o cada lata de atún tiene una fecha de vencimiento. Bueno, yo también… El tiempo de Dios es el mejor».

Al sufrir enfermedades o al envejecer, naturalmente pensamos más en la muerte. Si somos creyentes en Cristo, podemos estar confiados en que la muerte es una puerta abierta a la vida eterna con Jesús. Junto con el salmista David, nos consuela la verdad de que el Dios que nos ama conoce nuestra «fecha de vencimiento».


El tiempo de Dios es perfecto –incluso en la muerte-.

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