martes, 24 de junio de 2014

UN PLAN INCREÍBLE


Filipenses 2:8
"Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz."


Cuando unas manos humanas sujetaron con clavos las manos divinas a una cruz, no fueron los soldados quienes mantuvieron fijas las manos de Jesús. Fue Dios quien las sostuvo. Eran las manos que formaron los océanos y formaron las montañas. Eran las manos que diseñaron el amanecer y dibujaron cada nube.

Eran las manos que trazaron un increíble plan para ti y para mí.

Paséate por la colina. Llégate al Calvario, a la cruz donde, con sangre sagrada, la mano que te puso en el planeta escribió una promesa: «Dios entregaría a su único Hijo antes que darse por vencido contigo».

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