lunes, 4 de enero de 2016

CUIDADO AL HABLAR



Santiago 3:2-3
"Todos fallamos mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de controlar todo su cuerpo.
Cuando ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, podemos controlar todo el animal."


Lo que tú dices y lo que no dices es importante. Ambas cosas por igual. Cuando das un discurso adecuado no sólo estás diciendo las palabras correctas en el momento justo, sino que también estás controlando el deseo de decir lo que no debes. 


Ejemplos de una lengua indómita incluyen chismes, insultar a otros, la jactancia, la manipulación, la falsa enseñanza, la exageración, las quejas, el halago falso, y la mentira. Son demasiadas cosas a las que estamos expuestos al hablar ¿No crees?

Antes de hablar, pregúntate: "¿Lo que quiero decir es la verdad pura? ¿Es necesario? ¿En qué ayuda que lo diga?"

Esas preguntas pueden evitarnos que hablemos por hablar y que fallemos en el dominio propio. ¡Estemos alertas!

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